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volver a sus pasos: el Refugio de Freidel

19 de enero, 2016

El 2012, nuestra pasión por el complejo y visionario creador teatral José Manuel Freidel (1951-1990) nos acercó a Liliana y a mí, a muchos kilómetros de nuestra Colombia.

Durante nuestra primera reunión discutimos la posibilidad de montar una de sus obras en Toronto. Liliana trabajó con Freidel como actriz en varias obras durante los 1980s. Entendía el contexto en el cual se escribieron sus obras y, sobretodo, entendía su lenguaje increíblemente rico y poético.

Luego de reunirnos por seis meses, cada sábado, me di cuenta de que la historia personal de Liliana, desde su vida como artista teatral en Colombia, hasta su vida como refugiada, fue lo que Freidel mismo hubiera quizás querido que contáramos.

Liliana y yo finalmente tuvimos la oportunidad de ir a Medellín este noviembre, con una sola intención: encontrar a Freidel.

Visitamos La Tienda de Doña Silvia, donde Freidel tomaba aguardiente antes de ensayo. Fuimos al teatro que fundó, La Ex-Fanfarria, ahora ocupado por un grupo de jóvenes soñadores. Visitamos los espacios del nuevo Ex-Fanfarria, que ahora queda a un par de cuadras del original, bajo la dirección de uno de sus actores.

El centro de Medellín alberga varios micro-teatros: espacios construidos dentro de antiguas casas coloniales, donde caben hasta cincuenta personas, con cabinas y parrillas de luces rudimentarias. Pude ver la cabina de Freidel y me lo imaginé por un segundo, sentado allí, dándose vuelta para ver quien había entrado, interrumpiendo su ensayo.

Estos espacios fueron vitales al Medellín de los 1980s y comienzos de los 1990s, donde algunas de las ideas más nuevas e independientes pasaron a ser parte de la transformación de una ciudad en transición. La ciudad estaba viviendo una urbanización enorme, mayormente debido a la violencia en e interior que obligo a escapar a miles de campesinos, de su tierra a la ciudad, donde nadie los quería. Medellín fue, por un tiempo, la ciudad de Pablo Escobar, de la Eterna Primavera. Es también donde ocurrió uno de los momentos más brutales de violencia, cuando los Narcos descubrieron El Dorado, lugar que los españoles nunca encontraron. Un Dorado que venía en la forma de un polvo blanco fue el enemigo que los Estados Unidos jamás ha podido derrotar – porque, como uno de nuestros ex-presidentes dijo a CNN, “Ustedes son los que lo compran y lo consumen”.

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Tienda de doña Silvia

En esta tierra de ángeles y demonios, de poesía y deseo, nace una de las más importantes, y sin embargo subvaloradas, voces del teatro colombiano, José Manuel Freidel: un hombre joven que rechazaba la Academia (a pesar de que ensenaba teatro en la universidad) para poder construir compañías teatrales. Las universidades eran un lugar donde el teatro podía crecer, ya que era donde se encontraban las grandes ideas y la rebelión. Era el tiempo cuando los artistas jóvenes entendían, como dice Norita Quintero, actriz de Freidel, “que el teatro no solo era importante, sino también era peligroso, y que éramos parte de algo importante”.

Freidel seguía sus propias reglas. A pesar de que admiraba algunos artistas europeos como Genet, quería crear un teatro que hablara sobre la realidad alrededor suyo. Logró crear un teatro altamente político a través de metáforas en vez de panfletos. Su política se expresaba a través de personajes auténticos que vivían y respiraban en su escenario.

Freidel amaba el teatro. En sus 39 años de vida escribió y dirigió 26 obras, tres de las cuales no tuvo la oportunidad de dirigir, antes que la muerte lo encontrara en una calle en alguna parte del centro de Medellín. Escribía a mano, siempre, en agendas, y luego su madre, doña Justina, pasaba las obras a máquina. Escribía obras completas dentro de un par de horas.

Cuando Norita anunció que iba a renunciar al teatro porque estaba cansada de tanta marginalización, Freidel escribió, en cuatro horas y dentro de una carpa a 40 grados de temperatura, Monologo para una Actriz Triste. Esta de más decir que Norita jamás renuncio al teatro.

Freidel falleció seis días antes del estreno de El Padre Casafús o Luterito, basada en la novel de Tomás Carrasquilla. Sus actores, sin embargo, decidieron montar la obra igual. Estrenaron el jueves después de su fallecimiento, como estaba programado. Norita dice que, durante la noche del estreno, Freidel estaba en el teatro, con ellos.

Liliana y yo esperábamos encontrar muchísimo material de investigación, fotos, quizás videos de montajes, cuando fuimos a Medellín, pero lo único que encontramos fueron recuerdos. Al final, entendimos que Freidel está aquí, con nosotros, guiándonos, mientras intentamos también encontrar nuestra voz, en el teatro canadiense.

– Beatriz Pizano

El Refugio de Freidel | The Refuge of Freidel : miercoles el 20 enero – sabado el 23 enero, 2016 en el Festival Progress, al Theatre Centre, Toronto. Boletos: haga click aqui.

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